El enigma del cuatro

Princeton, Viernes Santo de 1999. A punto de graduarse, dos estudiantes de la prestigiosa universidad, se encuentran a un paso de resolver los misterios de la "Hypnerotomachia Poliphili", un libro escrito por un noble renacentista que ha tenido...

Tras la publicación de los Cuentos negros de Cuba, en 1934, Alejo Carpentier escribió: Acaba de publicarse en París un gran libro cubano. Un libro maravilloso. Un libro que puede colocarse en las bibliotecas al lado de Kipling y Lord Dunsany, cerca del Viaje de Nils Holgersson, de Selma Lagerlöf... Y ese libro ha sido escrito por una cubana. ¿Percibís toda la importancia del acontecimiento?... Los Cuentos negros de Lydia Cabrera constituyen una obra única en nuestra literatura. Aportan un nuevo acento. Son de una deslumbradora originalidad. Sitúan la mitología antillana en la...

Jane Crowther llevaba años refugiándose en su trabajo de doctora para no tener que relacionarse demasiado con los hombres. Pero la llegada de su nuevo compañero hizo que su tranquilo mundo se tambaleara. Richard Montgomery no recordaba a aquella inocente estudiante que se había enamorado de él hacía algún tiempo. Sin embargo Jane se había convertido en una mujer a la que le encantaría conocer más a fondo. También deseaba que confiara en él, pero, de algún modo, el miedo que aquella joven sentía a las relaciones tenía algo que ver con él...

"... Existen oasis en la galaxia donde se guardan los conocimientos, donde se da asilo al perseguido, donde los caminos entre los soles son posibles. Todos los conocen: son los archivos." Historias sin tiempo, perdidas en el espacio intocable del universo. Criaturas mágicas y valientes guerreros luchan batallas míticas en lugares inimaginables. Mujeres y hombres, androides y brujas; vampiras enamoradas... Nada es igual bajo los soles del espacio: el amor, la muerte, el tiempo. Sensaciones magnificadas por la azarosa naturaleza del universo.

«Irene era escasamente consciente de lo que provocaba en aquellos hombres hipnotizados con su presencia. Ignoraba que era un centro de gravedad lleno de espinas. Quien se aproximaba demasiado acababa ensartado. La rosa no tiene intención de herir, pero si la tomas con la mano desnuda hace sangrar. Eso era Irene para aquellos hombres: rosa espinada.Tristán ya lo había comprobado. Iván no tardaría en hacerlo.…y yo, este visir que la alojaba en sus palacios, siempre me cuidé de no aproximarme a distancia de herida, por eso podía mirar al través de sus ventanas con cierta defensa. Con...