Estuve enfermo y me visitaste / I was Sick and You Visited Me

A través de la lectura de este pequeño libro alcanzarás una Nueva Mente, enfocada en entender quiénes somos y que tenemos en Cristo, y qué podemos hacer en la autoridad y el poder entregado a la iglesia del Señor y alcanzar a esta generación y trasmitir las extraordinarias victorias que tenemos en Cristo Jesús. Ministerio Apostólico a las Naciones.

El problema más grande del siglo XXI no es la falta de recursos, sino la falta de esperanza. Y definitivamente, el hombre moderno carece de ella. En todos los rincones de la Tierra notamos que abunda la guerra, el terror, la calamidad, la pobreza, la maldición y el sufrimiento. '¿Acaso habrá alguna esperanza para esta generación?' Los principios aquí establecidos cambiarán tu actitud, para que puedas conquistar y señorear sobre cualquier circunstancia. Cuando alguien cree que La fe en Dios mueve montañas, experimentará los milagros a cada momento.

Este libro sobre los estudios acerca de la palabra de Dios puede cambiar la vida de todo cristiano. Se debe leer con la Biblia a un lado como referencia y una libreta para responder a las preguntas que por lo general surgen. Este libro no se debe leer de modo casual, aumenta los conocimientos y la meditación sobre la Palabra de Dios. Jóvenes y viejos cristianos se beneficiarán en gran medida de esta colección de enseñanzas. Incluye temas muy importantes, y abarca algunas de las llamadas zonas "prohibidas" de la Biblia. Puede ser muy útil también como herramienta para el seguimiento de...

Cristo tiene siempre algo que decirnos, a cada uno en particular, personalmente: en el Evangelio, en la doctrina de la Iglesia, en la liturgia. Se incluyen las meditaciones correspondientes para el mes de agosto de 2017, desde el martes de la 17ª semana del tiempo ordinario al jueves de la 21ª semana del tiempo ordinario, con meditaciones alternativas para días señalados, junto con las lecturas de la Santa Misa. El lector se siente ayudado a conversar con Dios de la vida misma: de sus situaciones reales cotidianas, de sus penas y afanes concretos. Por eso Hablar con Dios no es un tratado...