El signo del adiós

¿Y si te dijese que el planeta Tierra es uno de muchos mundos que albergan vida inteligente? Puede que no me creyeses o quizás ya lo supieras. Quienes sí corroboraron esa visión fueron tres jóvenes terrícolas que, por mágicas circunstancias, terminaron en el planeta que los dioses escogieron para vivir. ¿Qué les deparará su incierto futuro? ¿Lograrán regresar a su hogar cuando descubran que en sus sueños reside la clave para salvar ese mundo e incluso a las propias deidades? Solo tú podrás averiguarlo.

En seis cuentos de corte urbano e incluso ilusorio, se refleja la pérdida en nuestra sociedad de los valores humanos y la imperante necesidad que esta misma sociedad tiene de un amor limpio y profundo encauzando sus actos al exacto valor de tolerar y ser tolerado; haciendo en muchas ocasiones reflexionar al lector sobre sus propios valores y sobre su idiosincrasia.

- ¿Te has dado cuenta - me dijo una amiga-, de que a la hora de desnudarse siempre deseamos ayudar al otro pero que una vez los momentos de pasión han terminado, cada cual suele vestirse solo? Vivimos todo el día conectados a la red. Podemos comunicarnos con cualquier otro rincón del planeta en segundos pero, cuando todo el circo termina y las luces se apagan, volvemos a estar solos contra nosotros mismos. De eso tratan estos cuentos, de las diversas formas que inventamos para escapar de esa soledad. No son más que antídotos contra el veneno de la rutina que nos envían nuestros propios ...

Ao encontrar por acaso o corpo de uma vizinha em avançado estado de decomposição, Annabel Hayer, que trabalha com análise de informações para a polícia, fica horrorizada ao pensar que ninguém — e isso inclui ela mesma — sentiu falta daquela mulher.De volta ao trabalho, ela vasculha os arquivos policiais e encontra dados que mostram um aumento significativo de casos como aquele nos últimos meses em sua cidade. Conforme aprofunda a investigação, Annabel parece cada vez mais convencida de estar no rastro de um assassino, e é obrigada a enfrentar os próprios demônios e a...