El secuestro de Jenny

Ellen Gable es una reconocida autora estadounidense, nacida en 1960 en una pequeña ciudad de Pensilvania. Desde temprana edad, Ellen mostró un gran interés por la escritura, lo que la llevó a explorar diferentes géneros literarios a lo largo de su vida. Su pasión por contar historias la ha llevado a convertirse en una figura influyente en la literatura católica contemporánea.

A lo largo de su carrera, Gable ha publicado varias novelas que abordan temas como la familia, la fe y el amor. Su estilo de escritura se caracteriza por una profunda conexión emocional con los personajes, lo que permite a los lectores sumergirse en las experiencias de sus protagonistas. Algunas de sus obras más conocidas incluyen “Emily’s Hope”, “In Name Only”, y “A Subtle Grace”, que no solo han sido bien recibidas por los lectores, sino también reconocidas por su enfoque en valores cristianos.

• Influencias: La obra de Gable ha estado influenciada por su propia fe católica y su vida familiar. Como madre de cinco hijos, ha encontrado inspiración en su vida cotidiana, lo que se refleja en sus historias sobre la maternidad y la vida en familia.
• Contribuciones a la literatura católica: Gable ha sido una voz activa en la promoción de la literatura católica, participando en conferencias y eventos que fomentan la escritura y la lectura entre los católicos.
• Reconocimientos: Sus libros han sido galardonados con diversos premios, lo que ha consolidado su reputación como una escritora destacada en su género.

Además de su trabajo como autora, Ellen Gable es cofundadora de una organización dedicada a promover la literatura católica y ha colaborado con otras iniciativas que buscan inspirar a escritores emergentes. Su compromiso con su fe y su deseo de compartir historias significativas son pilares en su vida y en su carrera.

Gable también ha mantenido un blog donde comparte reflexiones sobre la escritura, la fe y la vida familiar. Este espacio se ha convertido en un recurso valioso para otros escritores y lectores interesados en temas de espiritualidad y desarrollo personal.

Con una voz única y un enfoque auténtico, Ellen Gable continúa escribiendo y compartiendo su trabajo con un público cada vez más amplio. Su legado literario sigue creciendo, y su influencia en la literatura contemporánea es indiscutible.

Una caja llena de cartas encontrada en algún lugar de la casa paterna, fechadas a principios del siglo pasado, pero que conservan el aroma del amor en cada línea, fueron el pretexto para que Alejandra Delgado reconstruyera el pasado de sus abuelos, de sus padres y de ella misma. Este relato, lleno de nostalgia, desventura, esperanza y mucho amor, difícilmente puede encasillarse en algún renglón de la narrativa. No es una novela ni una crónica. Es un novedoso híbrido en donde la autora, como ella misma lo apunta: "sabía el final, pero tuvo que imaginar el principio". Y sabia el final...

Cora Lomas, investigadora privada recibe un plano del jardín de un convento donde parece ocultarse un tesoro. Por otra parte, su ayudante obtiene unas fotos del asesinato de un magistrado. Cora resuelve ambos casos apoyada por el inspector Carmelo Vázquez, filósofo aficionado. Pero la muerte de un amigo, de resultas de un mobbing, pone a ambos al borde del abandono, ante la impunidad de este tipo de crímenes.

Dorken, el hechicero, regresa del mundo de los dioses sin haber conseguido su objetivo. Había cruzado la puerta que une los dos mundos con el fin de buscar la clemencia de los Siete Señores. Pero los dioses ya habían tomado su decisión: castigar a los humanos. Una vez en nuestro mundo, Dorken busca a Leigel, a quien había pedido que protegiera a su familia, pero los Ancianos de la raza le dicen que Leigel es un maldito, y ya no es un miembro de los suyos. Desesperado por la noticia de la desaparición de su hijo, Dorken baja al submundo en busca de un pacto: entregará su alma a cambio...

Esta es una original novela muy dentro del inconfundible estilo de Jardiel Poncela. El autor nos dice aquí acerca del amor: «No me cansaré nunca de decírselo, amantes de todos los países: en el amor, prescindid del prólogo. Verdaderamente, en la mayor parte de las cosas del mundo se debe prescindir del prólogo; pero en el amor más que en nada. Cuantos presumen de dominar los problemas pasionales, os aconsejarán que al encerraros con la persona de vuestra predilección en una alcoba más o menos suntuosa, procedáis con calma y enfoquéis el idilio lentamente, con cien detalles nimios ...