Voltaire, cuyo nombre de nacimiento era François-Marie Arouet, nació el 21 de noviembre de 1694 en París, Francia. Es considerado uno de los más grandes escritores y filósofos de la Ilustración francesa, famoso por su ingenio, su crítica a la sociedad y sus ideas sobre la libertad de expresión, la tolerancia religiosa y la separación de la iglesia y el estado.
Desde joven, Voltaire mostró una gran habilidad para la escritura. A los 12 años ya había comenzado a componer poesía, y su talento no pasó desapercibido. Sin embargo, su carrera tomó un giro significativo cuando fue encarcelado en la Bastilla en 1717 por sus críticas a la nobleza. Tras su liberación, se exilió en Inglaterra, donde fue influenciado por el pensamiento británico, especialmente por la obra de pensadores como John Locke y Isaac Newton.
El regreso a Francia de Voltaire marcó el inicio de una prolífica carrera literaria y filosófica. Durante los años siguientes, escribió obras dramáticas, novelas, ensayos y poemas. Su sátira más famosa, Cándido, o el optimismo (1759), critica la filosofía de optimismo promovida por Leibniz a través de las desventuras de su protagonista, Cándido. En esta obra, Voltaire expone la idea de que el mundo no siempre es el mejor de los posibles, una noción que lo llevó a cuestionar la fe ciega en la razón y la bondad humana.
- Obras destacadas:
- Cándido, o el optimismo
- Tratado sobre la tolerancia
- El siglo de Luis XIV
- Cartas filosóficas
Voltaire fue un férreo defensor de la libertad de expresión. En sus escritos, abogó por la tolerancia religiosa, criticando la intolerancia y el dogmatismo de la Iglesia católica. Su famosa frase “No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a decirlo” refleja su compromiso con la libertad de pensamiento. Aunque esta cita no aparece en sus textos, captura la esencia de su filosofía.
La vida de Voltaire estuvo marcada por la controversia. A lo largo de su vida, enfrentó numerosos conflictos con la autoridad, lo que lo llevó a vivir en el exilio en varias ocasiones. No obstante, su astucia y su capacidad para eludir la censura le permitieron seguir escribiendo y publicando, incluso bajo seudónimos. Su estilo era a menudo mordaz, empleando la ironía y el humor para abordar temas serios y controvertidos.
Además de sus trabajos literarios, Voltaire tuvo una notable influencia en la política y la cultura de su época. Fue un crítico abierto de la monarquía y se relacionó con varios filósofos y políticos de la época, incluyendo a Federico II de Prusia, a quien admiraba. Voltaire continuó su activismo hasta el final de su vida, abogando por causas sociales y políticas, y se convirtió en una figura emblemática de la Ilustración.
El legado de Voltaire es inmenso. Su obra ha influido en generaciones de escritores, filósofos y activistas. Su pensamiento crítico y su defensa de la razón y la libertad continúan resonando en el mundo contemporáneo. El 28 de mayo de 1778, Voltaire falleció en París, dejando atrás un legado que desafía a la humanidad a cuestionar, a pensar y a luchar por un mundo más justo y tolerante.
La figura de Voltaire sigue siendo un símbolo de la lucha por la libertad de expresión y la tolerancia, recordándonos la importancia de cuestionar las verdades establecidas y abogar por los derechos individuales en una sociedad cada vez más compleja.