Si Dios es bueno, ¿por qué existe el mal?

Haga que su amor perdure de por vida Tener un buen matrimonio no es una ciencia exacta, pero existen estrategias clave que se pueden poner en práctica en cualquier momento de su relación - ya sea que estén comprometidos, recién casados o toda una vida - y que le ayudarán a evitar formar parte de las estadísticas. La Dra. Linda Mintle, una terapeuta matrimonial con más de veinte años en la práctica privada, entremezcla investigaciones, experiencias, principios bíblicos, conocimientos y sabiduría para disipar los mitos y las ideas equivocadas que traemos a las relaciones. Descubra...

La NVI Biblia de Estudio Teología Bíblica le permite reflexionar sobre las historias y los temas individuales de las Escrituras, y ver cómo encajan todos en la gran narrativa bíblica divina. Las introducciones a los libros, combinadas con 20.000 notas de estudio, le ayudarán a entender claramente las Escrituras.

Este primer volumen de los Escritos de Nichiren Daishonin en español es no sólo un tesoro de fe para los creyentes budistas, sino un precioso testimonio del agitado siglo XIII japonés para el publico interesado en el budismo y en la historia del pensamiento en Japón. Nichiren fue una de las mentes más lúcidas y, sin duda, la más intrepida de su tiempo. "La publicación de estos Escritos en español tiene un significado trascendental, no sólo por el valor que aporta al budismo, sino también por la contribución que hará a la humanidad iluminando con su luz el vasto universo que...

Dios tiene un pueblo, objeto de su favor especial, una compañía a los que ha tomado para tener una relación íntima consigo mismo de tal manera que los llama "pueblo mío". Muy a menudo ellos se sienten desconsolados debido a sus inmundicias, las tentaciones de Satanás, el trato cruel del mundo o el pobre estado de la causa de Cristo en la tierra. El "Dios de toda consolación" (2 Corintios 1:3) es muy tierno hacia ellos, y es Su voluntad revelada que Sus siervos venden al corazón roto y derramen bálsamo de Galaad en sus heridas. ¡Qué causa tenemos aquí para exclamar "¿Qué Dios...