¡Risas en la pasarela! (Daniela DivertiGuay 3)

A Daniela le encantan las fiestas y si es con sus primas Valeria y Martina, y con todas sus amigas, ¡MEJOR QUE MEJOR! ¡Prepárate para la aventura más tenebrosa... y DivertiGuay! Se acerca Halloween y es la mejor oportunidad para montar una celebración INOLVIDABLE. Hay que pensarlo bien para que todo salga perfecto: los mejores disfraces del mundo, todo el maquillaje necesario y un montón de chuches con MUCHO MISTERIO...

Vuelve Daniela Divertiguay con una nueva aventura ¡más divertiguay que nunca! Esta vez ¡escapada a la playa! Después de las LARGUÍÍÍSIMAS clases, los madrugones, los deberes... POR FIN ha llegado el momento que tanto estaba esperando Daniela: ¡LAS VACACIONES! Pero no unas vacaciones corrientes cualesquiera... Su madre y sus titas les tienen reservada una sorpresa: un viaje ¡al CARIBE! Playas, palmeras y cocos, un mar turquesa... Unas vacaciones perfectas en las que nada podría salir mal... ¿no? ¡DESCÚBRELO EN LAS VACACIONES MÁS DIVERTIGUAYS!

Elsa Punset, autora y referente en el ámbito de la inteligencia emocional, ha creado la colección «El taller de emociones», una herramienta con la que más de 250.000 familias están aprendiendo cómo ayudar a sus hijos a conocer y controlar sus propias emociones, algo imprescindible para crecer feliz. Los Atrevidos en el país de los unicornios incluye claves para gestionar la TRISTEZA. Saber gestionar nuestras emociones no siempre es fácil, especialmente para los más pequeños. Educar con inteligencia emocional es algo esencial para enseñar a los niños a manejar sus emociones y así ...

Para ver el mundo maravilloso que esconde la realidad hay que ser una persona inquieta e inconformista como Elena.

La casa del espejo - El jardín de las flores vivas - Insectos del espejo - Agua y lana - El león y el unicornio - Es de mi propia invención - Alicia Reina - Sacudiendo - Despertando - ¿Quién lo soñó?

Me llamo Márgara Averbach. Cuando era chica, mis padres, mi hermano y yo viajábamos mucho, siempre en auto. A San Salvador de Bahía, en Brasil; al Cuzco, en Perú; a Ushuaia por una ruta toda de ripio, no de pavimento como ahora. Eran días y días de auto y para que el viaje se nos hiciera más fácil, mi mamá nos leía en voz alta. Un libro a papá, el único que manejaba; un libro, a nosotros dos, en el asiento de atrás. En esos tiempos, lo confieso, a mí me gustaba tanto el viaje como el lugar al que llegábamos. Y me gustaba porque dentro del auto, el aire era todo historias. Desde ...