Los pilares de la creación

Terry Goodkind nació el 21 de enero de 1948 en Omaha, Nebraska, Estados Unidos. Es conocido principalmente por su obra de fantasía épica, la serie La Espada de la Verdad, la cual ha ganado reconocimiento internacional y ha vendido millones de copias en todo el mundo.

Goodkind creció en un ambiente que fomentó su imaginación y creatividad. Desde joven, mostró un interés por la literatura y se dedicó a leer una variedad de géneros, lo que más tarde influiría en su estilo de escritura. Se graduó de la Universidad de Nebraska y trabajó en varios oficios a lo largo de su vida, incluyendo como carpintero y artista, antes de dedicarse por completo a la escritura.

En 1994, publicó su primera novela, El espado de la verdad, que rápidamente capturó la atención de los lectores. La obra introduce a Richard Cypher, un joven que se convierte en el héroe destinado a combatir fuerzas oscuras que amenazan su mundo. Junto a personajes memorables como Kahlan Amnell y Zeddicus Zu'l Zorander, Goodkind construyó un universo rico en mitología y filosofía.

La serie de La Espada de la Verdad comprende un total de 11 novelas, que incluyen títulos como La piedra de las lágrimas, El alma del fuego y La tercera regla. A lo largo de estas obras, Goodkind no solo narra aventuras llenas de acción, sino que también explora temas filosóficos y morales, así como conceptos de libertad, amor y sacrificio. Su enfoque en el desarrollo de personajes complejos y tramas intrincadas ha resonado profundamente entre sus lectores.

A medida que la serie fue ganando popularidad, Goodkind se convirtió en un autor consagrado. La serie fue adaptada en una exitosa serie de televisión, Legend of the Seeker, que se emitió entre 2008 y 2010. Aunque la serie de televisión tomó algunas libertades creativas, ayudó a presentar el mundo de Goodkind a una audiencia más amplia y atrajo a nuevos lectores a sus libros.

A pesar de su éxito, Goodkind no estuvo exento de controversias. Su estilo de escritura y las temáticas abordadas en sus novelas han dado lugar a debates entre críticos y lectores, algunos de los cuales consideran que su enfoque de la fantasía es demasiado dogmático o moralista. Sin embargo, sus seguidores valoran su perspectiva única y su capacidad para entrelazar emociones profundas con tramas de fantasía.

Además de La Espada de la Verdad, Terry Goodkind ha escrito otros trabajos, incluyendo novelas independientes y obras de fantasía. Algunas de sus obras más recientes incluyen El último consejo y El bocado de la serpiente, donde continúa explorando sus intereses en la filosofía y la moralidad. Su estilo distintivo y su enfoque en el desarrollo del personaje han influido en muchos autores de fantasía contemporánea.

Goodkind es también un defensor del individualismo y la libertad personal, temas que se reflejan en sus escritos. A menudo, se expresa sobre la importancia de la libertad y la responsabilidad personal, y ha utilizado su plataforma como autor para abogar por estas creencias.

En términos de su vida personal, Goodkind ha enfrentado desafíos significativos. Ha hablado abiertamente sobre la pérdida de su esposa, lo que tuvo un impacto profundo en su vida y trabajo. Este dolor personal ha influido en su escritura y en la forma en que aborda temas de amor y pérdida en sus historias.

Hoy en día, Terry Goodkind sigue siendo una figura influyente en el ámbito de la fantasía épica. Su obra sigue siendo leída y apreciada por millones de personas en todo el mundo, y su legado perdura a través de sus historias, que desafían a los lectores a pensar profundamente sobre el bien, el mal y el poder del individuo en un mundo complejo.

Richard Rahl, portador de la Espada de la Verdad, se enfrentó con un mal que ni siquiera él podía combatir: una pavorosa plaga anunciada por la luna roja y desatada por el enloquecido emperador Jagang. Para frustrar los planes de Jagang y salvar la vida no sólo de su amada Kahlan, sino también la de todos los habitantes del Nuevo Mundo, Richard tuvo que entrar en el Templo de los Vientos. Cuando el mal quiso acabar con la vida de Richard, Kahlan invocó a los repiques mágicos e involuntariamente liberó un azote mucho peor del que Jagang pudiera soñar. Ahora el destino quiere que las...

La esperada continuación de La Espada de la Verdad: Una novela sobre la nobleza del espíritu humano. Richard, el lord Rahl y Buscador de la Verdad, ha regresado a su hogar de la infancia, Ciudad del Corzo. Pero cuando una Hermana de las Tinieblas captura a Richard, éste realiza un desesperado sacrificio para asegurarse de que su amada Kahlan permanece libre. Arrastrado a lo más profundo del Viejo Mundo y obligado a trabajar para el tiránico mal que ha jurado derrotar, está decidido a permanecer desafiante incluso en el corazón de las tinieblas...

Richard logra evitar que el Custodio invada el mundo de los vivos y debe defender la Tierra Central del ejército genocida de la Sangre de la Virtud. No obstante, aún no se ha enfrentado a su reto más difícil. Ni su sabiduría ni su determinación le sirven cuando el Emperador Jagang, loco de poder, regresa acompañado de una multitud de fieles. Una profecía anuncia que será traicionado en el camino. Aun así, Richard deberá seguir adelante o su mundo perecerá.

Richard despierta, malherido, y descubre que Kahlan ha desaparecido y, lo que es peor, nadie parece recordarla. Nicci y Cara, que le atienden y curan, juran que Kahlan no existe, que es todo un desvarío de su mente febril, pero Richard no se rinde y está dispuesto a hacer lo que sea necesario para encontrarla y demostrar que es real y es su esposa. Para empeorar más las cosas, una criatura siniestra, aparentemente conjurada por las Hermanas de las Tinieblas a instancias de Jagang, persigue a Richard para acabar con él, arrasándolo todo a su paso.

Harry Bosch investiga el caso especialmente delicado del asesinato de Elias Howard, un abogado afroamericano que se hizo famoso ganando litigios contra los abusos de la policía de Los Angeles y odiado, por lo tanto, por el cuerpo policial. Bosch comprende enseguida que lo que se espera de él no es que resuelva el caso, sino que haga malabarismos para dejar contentos a todos: a la opinión pública, a las masas de marginados que esperan volver a salir a manifestar su descontento, y, acaso especialmente, a la misma policía. Su misión se complica cuando Bosch descubre que Howard estaba a...

Dos mujeres, Lucía y Carol, viven por separado una relación con un componente común, Malena, la cual no puede renunciar a la pasión desbordante de Lucía y a la naturalidad carnal de Carol. Los intentos de Malena para que los senderos por los que deambula no se crucen resultarán inútiles ante sus propios sentimientos y a los de sus dos amantes. Lo que precipitará los y la llevarán a tomar una difícil elección. Una relación a tres bandas tratada de una manera delicada y exquisita que nos pondrá en la tesitura en la que se encuentra Malena: Elegir entre una ardiente relación...

365. Hablemos no es una novela, tampoco es un diario, aunque al principio nos lo parezca y su estructura se asemeje. No; esta obra es un conjunto de reflexiones, de pensamientos, de sentimientos… dedicada al ser humano, como expone la autora en sus primeras páginas, donde también dice que: «Tengo la certeza de que todo ser humano ha vivido en algún momento de su vida algo que está aquí escrito. Que no hay ser humano que no haya experimentado algo de lo que sucede en este libro. Que no hay ser humano que no se vaya a encontrar». Y eso es lo que busca la autora: que el lector, sea como ...

Abusaid Abuljair, místico sufí famoso por sus poemas, sus rubayat, y por haber sido el primero en difundir la ceremonia de danza llamada samá, dijo de sí mismo «soy nadie» porque incorporaba el «yo» en el «nosotros» y el «nosotros» en «Él». Este punto de partida hace explicable que no distinguiera entre poemas propios y ajenos, lo que ha dado pie tanto a que se le atribuyan versos de otros autores como a que se le niegue la autoria de los suyos. Ahora bien, su sensibilidad aglutinó los rubayat más notables de la literatura persa, comparables sólo a los de Omar Jayyam. Ese...