Hoy no me cambio por nadie

"—¿No te gusta el sexo, Andrés?—Sí, me gusta el sexo, Gabriela… El tema es que me gusta más hacer el amor. Descubrí que me excita el sentir cosas por mi compañera de cama, y saber que ella siente lo mismo por mí. Después de hacerlo de esa forma, el sexo por calentura pierde un poco la gracia. Llamáme anticuado si querés, pero así soy yo…"En el momento más triste de su vida, el duende de las casualidades pone en el camino de Gabriela, al enigmático e increíble Andrés Otero. Para una mujer de cuarenta y cuatro años con dos divorcios a cuestas y con fobia al compromiso,...

A Hera la vi por primera vez un sábado hacia las seis de la tarde en casa de unos vecinos, los que viven en la segunda planta del número 55 del Paseo del Puerto, en Ciudad del Mar. Le pregunté por ella a un antiguo delegado de la Facultad y me respondió con un cuento, La pata de mono. Meses después la conocí en el sótano de un ruinoso palacio reconvertido en museo de los despropósitos, un lugar perdido entre las callejuelas del Barrio Antiguo. Así se inició y así concluyó una historia que, tras lo de Raúl, he decidido explicar por lo que nos ha supuesto a todos. A mis padres, a...

Singular reflexión y perspectiva sobre ciertas claves científicas y espirituales. Al parecer, en el pasado los dioses se clonaron alumbrando y manipulando el género humano con muy diferentes y controvertidos resultados. Hoy vamos camino de repetir aquellos viejos errores: Dios se va clonando progresivamente a través del universo y de la humanidad. Superordenadores cuánticos, manipulación genética, clonación..., nanotecnlogía e implantes cibernéticos, que estimulan cualidades potenciales y emulan facultades místicas, intentan clonar hasta cierto punto la inmortalidad y otros...

Una saga familiar marcada por una historia de amor imposible, magn�ficamente ambientada en la Espa�a y Francia de la Segunda Guerra Mundial y narrada con una gran sensibilidad. Abril de 1945. Andreu Ribera, liberado del campo de concentraci�n de Dachau, solo tiene un prop�sito: llegar a Par�s y conseguir noticias de Rosa, su mujer. All�, en el hotel Lutecia, la Cruz Roja asiste a los deportados y organiza cuanta informaci�n llega a la capital: interminables relaciones de muertos, de desaparecidos y, las m�s esperadas, de supervivientes. Julio de 1969. Andr�, hijo de Andreu,...