Gente con clase

De un lugar de la Mancha donde nunca pasa nada y donde nunca suceden las grandes historias, exceptuando la más grande de todas, Don Quijote, parte la nuestra. Dos jóvenes luchando por un amor tan profundo, como complicado de mantener. A él se le complica con situaciones cómicas, absurdas y surrealistas que vive mientras investiga el extraño fenómeno meteorológico de lluvia de caracoles. A ella se le complica con el reto de la superación de un trauma infantil y con sus reflexiones sobre las relaciones y el amor, vistas también con su punto de humor. Él, Óscar, es un quijotesco...

¿Qué ocurre cuando mezclas generalidaddes, patrones de consumo y muchísima gente con ganas de sentirse identificada con las tontunas que dibuja un desconocido en Internet? Al final, nada... no sé. No sé, la cuenta de Instagram que recoge el espíritu nihilista 100 % milenial. Ilustraciones irreverentes, divertidas y muy actuales sobre la situación de la generación milenial que muestran con humor y nihilismo del bueno las preocupaciones, anhelos, frustraciones, aspiraciones y dudas que acompañan a cualquier milenial que se precie.

A través de Mafalda y sus amigos, Quino reflexiona con humor crítico e inteligente sobre la política, la economía y la sociedad en general. Nueva edición conmemorativa por el 50 aniversario del popular personaje, que es ya una figura reconocida a nivel internacional. Este es el número 4 de una serie de libros cuya protagonista es Mafalda, el célebre personaje de Quino. Estas tiras cómicas fueron publicadas en diarios de Buenos Aires, Córdoba, Tucumán, Santa Fé y Montevideo. Desde la Guerra de Vietnam y la carrera espacial hasta el movimiento tercermundista y los derechos humanos,...

Conversaciones de bar entre un filósofo callejero y un aprendiz batracio. Una obra para reír y no parar. Una revisión inteligente y lúdica de la realidad donde vivimos con el mejor humor del sur. «Aquel día ocurrió algo que cambió mi vida: estaba en la orilla de un arroyo que hay a las afueras del pueblo en el que vivo sentado en una piedra entre cañas y jaramagos cuando eructé y cuál fue mi sorpresa cuando las ranas me contestaron... Y volví a eructar y me volvieron a responder. Aquello era el milagro de la comunicación. Desde entonces soy El hombre que hablaba con las ranas.»...