JIM MORRISON

Con un estilo gráfico tomado de los maestros americanos de principios del siglo XX, Olivier Schrauwen propone una serie de historias decididamente imprevisibles en las que aflora la herencia del surrealismo belga. Unas originales páginas que nos dejan a medio camino entre la hilaridad, la incomodidad y el estupor.

"Los pequeños tienen que vivir un "mal trago" cuando les llegan nuevos hermanitos. Sienten que se la juegan con el amor de sus padres, y refuerzan su autoestima a base de demostrar qué cosas pueden hacer. Yo puedo, nos muestra un niño con una pequeñita hermana, que necesita demostrar que él sabe hacer muchas más cosas que ella."--Page 4 of cover.

Todo lo que Izzy quer?a era ser mec?nica, y con suerte liderar su propio equipo de carreras alg?n d?a. Oh, y encontrar la llave de la caja de su t?o. Finalmente encuentra la llave, pero tambi?n se entera de que es una princesa, ya casada con un pr?ncipe, Niko. Niko acepta darle la llave, pero a cambio del divorcio. Izzy nunca quiso casarse as? que acepta encantada. Viaja a su lugar de nacimiento, Vernonia. Desde que desapareci?, Vernonia ha estado envuelta en problemas de independentismo. Nadie quiere que Izzy y Niko se separen, incluso la misma Izzy. ?Pero qu? piensa Niko de Izzy, una mujer...

Junie B. Jones lo tiene muy claro: Hacer trampas está feo-feísimo. Pero ¿qué pasa cuando se trata de copiar los deberes de otra persona? Eso no es hacer trampas, ¿verdad? Solo son los deberes. ¡Ni siquiera se trata de un examen! Y hablando de exámenes... ¿Y si un amigo quiere compartir sus respuestas contigo? Eso es compartir, ¿no? Y compartir no es hacer trampas... ¿O sí?