Benito Arias García fue un destacado escritor y poeta español, nacido el 16 de junio de 1879 en la localidad de Mendoza, en la provincia de Granada. Su vida y obra se enmarcan en un periodo de efervescencia cultural en España, donde la literatura y el arte vivieron un renacer que intentaba escapar de la rigidez del pasado. Arias García es conocido principalmente por su poesía y su labor en el ámbito de la educación, así como por su interés en la cultura andaluza.
Desde joven mostró una inclinación hacia la literatura, siendo un lector ávido de los clásicos de la literatura española y de autores contemporáneos. Su formación académica se centró en el campo de la enseñanza, donde ejerció como maestro, labor que desempeñó con dedicación y compromiso. Dicha actividad influiría en su escritura, permitiéndole explorar diversos temas relacionados con la educación, la naturaleza y la identidad cultural.
En 1911, Arias García se trasladó a Madrid, donde comenzó a integrarse en círculos literarios y culturales. Su primer libro de poesía, El canto del alma, fue publicado en 1918, marcando el inicio de su carrera literaria. En esta obra, el autor explora la temática del amor y la espiritualidad, que se convertirían en ejes recurrentes en su producción literaria. A lo largo de su trayectoria, su poesía fue reconocida por su musicalidad y profundidad emotiva.
A lo largo de las décadas de 1920 y 1930, Arias García fue parte activa de la vida cultural de España, colaborando en diversas revistas literarias y participando en recitales y eventos poéticos. Su estilo poético se caracterizó por una profunda conexión con la naturaleza y la vida cotidiana, buscando siempre una forma de expresar su identidad andaluza. Escribió sobre los paisajes de su tierra natal, la vida de los campesinos y la esencia del pueblo andaluz, lo que le valió el reconocimiento como un poeta de la tierra.
En 1936, el estallido de la Guerra Civil Española supuso un cambio drástico en la vida de muchos escritores, incluido Arias García. Su posición política y su compromiso con la República lo llevaron a involucrarse en la causa republicana, lo que afectó su producción literaria y le obligó a vivir una vida de exilio durante varios años. Durante este periodo, Arias García continuó escribiendo, pero gran parte de su obra quedó sin publicar o se perdió en el trascurso de los conflictos bélicos.
Después de la guerra, Benito Arias García regresó a su tierra natal, donde continuó escribiendo y dedicándose a la enseñanza. En este tiempo, se interesó por la literatura infantil y juvenil, escribiendo obras que buscaban estimular la imaginación de los más jóvenes y fomentar el amor por la lectura. Sus relatos y poemas se caracterizaban por un enfoque didáctico, a la vez que divertido y accesible para el público infantil.
En sus últimos años, Arias García conoció un renovado interés por su obra, especialmente entre las nuevas generaciones de poetas y escritores que veían en su trabajo una conexión con sus raíces andaluzas. A través de su legado literario, el autor dejó una huella indeleble en la cultura andaluza, siendo recordado como un defensor de la identidad y tradiciones de su tierra.
A lo largo de su vida, Benito Arias García publicó varios volúmenes de poesía, así como obras en prosa y cuentos. Su actividad como educador y su compromiso con la cultura andaluza lo convirtieron en una figura respetada y admirada en su comunidad.
Falleció el 22 de enero de 1962, dejando tras de sí un legado literario que continúa siendo estudiado y celebrado. Su obra ha sido objeto de análisis y ha inspirado a nuevas generaciones de escritores, convirtiéndolo en un referente importante en la poesía española contemporánea.