El amor del capitán Gaviota

Mis padres y yo pertenecíamos al clan de hombres lobo de Sergei. Vivíamos en la frontera entre Rusia y Alaska. Cuando Sergei, nuestro macho alfa, anunció que el clan se trasladaba a Alaska, pensé que no tenía sentido, ya que nuestro nuevo pueblo parecía exactamente igual que el de Rusia. Pocos meses después, yo estaba cazando linces, pumas, alces y osos polares. Una noche, me apeteció acercarme a mi lugar preferido del río. Me escabullí de la cabaña mientras mis padres dormían. Me transformé en lobo y empecé a correr en dirección al río. La nieve fresca me divirtió...

Theodore Graves, el jefe de policía de Medicine Ridge, en Montana, era un hombre tan duro como las tierras que apasionadamente reclamaba como suyas. Lo único que le impedía poseerlas era la joven que habitaba en ellas. Las chispas saltaban cada vez que estaban juntos, pero, ¿aprendería aquel hombre con voluntad de hierro el significado de la rendición?

Las tierras de Almalandia no ven la luz del sol desde hace décadas y es necesario hacer algo. Ego, el líder general de Almalandia vive una vida calma, insatisfactoria y sin rumbo. En una mañana cualquiera, Ego es sorprendido por una llamada telefónica de uno de los miembros del consejo de vice-líderes de Almalandia. Algo anda mal. Un turista humilde de pocas palabras y muy misterioso, llega a Almalandia y provoca un enorme tumulto jamás antes visto.

"Este personaje terrible, que sobrevuela la historia de Tierra del Fuego todavía hoy, con biografías, fotos y objetos en los museos, es Iuliu Popper (1857-1893), un rumano culto, solitario y amoral, que recorrió la isla hasta en sus rincones más inexplorados maquinando empresas y —aseguran— matando a los indios que molestaran su paso. Europeo errante, de la especie que intentaba hacerse rica a fuerza de obsesiones como la de cosechar oro del mar con una máquina de su invención, estaba estrechamente vinculado con los políticos del lugar y con los círculos letrados de la Capital."...