Rubias y negra
La camarera negra del tugurio en el que el periodista del Telegraph aplaca la úlcera con unos escoceses, está preocupada por un asesino de rubias que anda suelto. El periodista la tranquiliza, porque ella no debe temer nada, pero él acaba con el gabán destrozado, sin sombrero y sin su pluma.