Mi vida mártir
He conseguido logros que ni tan siquiera soñaba, aunque el mayor no es el dinero ni el éxito, sino no haber caído en el mundo de las drogas. La vida en Pan Bendito nunca fue sencilla. Ahora soy un cantante de éxito y un ídolo en el barrio, pero sé lo que es tener pánico a salir a la calle. Miedo físico a que me pegaran y a la humillación de los insultos. Ser un «moro gordo y orejón» no me lo puso fácil, así que durante años me zurraron sin piedad. Odiaba a la gente y por eso me metí en el boxeo. Ya que recibía golpes todos los días al menos tenía que aprender a defenderme y ...