A tiro hecho

Ya desde su nacimiento Medardo estaba llamado a expiar los pecados de un linaje criminal. Su inclinación temprana a la vida monástica, su piedad y su despierta inteligencia lo llevan a destacar pronto entre sus hermanos de congregación, pero la aparición de una misteriosa reliquia, un elixir que el mismo demonio le entregó a san Antonio para su perdición, truncará tan virtuosa senda. Medardo se enfrentará entonces con la vida mundana, una vida que en su caso estará plagada de mentira, confusión y muerte.

A Tamara, el Viejo, le tocó conocer el rigor de las desdichas. En sus buenos tiempos se constituyó en el patriarca de uno de los clanes que recorrían la tierra de nadie. La prosperidad le rodeaba; disponía de muchas bestias conducidas por una muchedumbre de hombres, mujeres y niños, todos de una misma sangre. No le arruinó su mala cabeza, sino la mala suerte que en él se cebó con saña. Soplaron vientos de muerte en el desierto y una plaga feroz acabó con los rebaños y con las personas. A su gente que fue multitud, cabía contarla, con sobra de dedos, con los de las dos manos, y sus ...

Cassie Allen llevaba años luchando contra la atracción que sentía hacia el doctor Brendan O'Connor. Se suponía que los amigos no debían sentir eso, ¿no? Fue entonces cuando la pasión se desató en una noche de desenfreno. Después de aquello, Cassie se quedó estupefacta al descubrir que su amigo y ella estaban a punto de ser padres... ¡de gemelos! Brendan quería casarse con ella, por el bien de los niños, y Cassie aceptó a regañadientes. Pero, ¿cómo iba a conformarse con tener un matrimonio de conveniencia con un hombre como él... un hombre con el que deseaba compartir mucho...

Primero de la serie. Por una noche, la sensata Lily McLachlan tiró las precauciones por la ventana y se lanzó a los brazos del príncipe Alexandros.Un año después, Alex reclamó a su hijo secreto... ¡y pidió la mano de Lily! Lily tenía que enfrentarse al hecho de convertirse en la esposa de conveniencia del príncipe cuando en realidad lo que quería era su corazón...