Vidas desperdiciadas
La producción de «residuos humanos» —o, para ser más precisos, las poblaciones «superfluas» de emigrantes, refugiados y demás parias— es una consecuencia inevitable de la modernización. Y también se trata de un ineludible efecto secundario del progreso económico y la búsqueda de orden, característicos de la modernidad. Mientras vastas regiones del mundo permanecieron total o parcialmente al margen de la modernización, las demás sociedades las veían como zonas capaces de absorber el excedente de población de los «países desarrollados». Se buscaban --y se hallaban de...