Caliente, caliente...
Por fin podría trabajar sola, pero también estaría renunciando al único hombre que no podía permitirse perder... La cocina del hotel Marchand era un lugar ardiente, y no era sólo la comida lo que estaba haciendo que subiera la temperatura. El jefe de cocina Robert LeSoeur y su ayudante Melanie Marchand llevaban peleándose desde el primer día que habían trabajado juntos. Aceptar órdenes y dominar sus instintos creativos era algo muy difícil para una profesional ambiciosa como Melanie, y la atracción que sentía por su jefe no hacía más que dificultarlo todo. Así que sólo había ...