Amar y ser amado son cualidades básicas del ser humano. Las madres y los padres que hemos tenido la capacidad y el apoyo para permanecer disponibles para nuestros hijos, sabemos que los niños son generosos y que favorecen el bienestar de los demás por sobre el propio. Los niños amados y amparados son pacientes, comprensivos y respetuosos. Ellos entienden el mundo tal como lo viven: dentro del amor y la dedicación, lo sienten como amoroso e infinito, aunque en el desamparo y el vacío afectivo, lo experimentan como un lugar hostil del que hay que protegerse. Reconozcamos entonces que las...