La experiencia trágica de la muerte
La muerte ha gozado y goza entre nosotros de demasiados privilegios. Nuestra cultura la ha sacralizado como motor de la Historia y le ha dado un carácter positivo y necesario, ha pactado con ella y la ha alabado, ha sido deseada como liberación o, en la mayoría de las ocasiones, esgrimida como amenaza, pero rara vez ha sido despreciada y despojada de sus prerrogativas. Bastante poderosa es ella por sí misma, como para que, encima, la halaguemos o aumentemos con nuestra renuncia a ese poder. El terror que hoy despierta en nosotros su sólo nombre es el último rostro de su hegemonía, es...