LA VIDA DE NUESTRO SEÑOR
En los días de Salomón, los extranjeros venían de lejos para ver su gloria y escuchar la sabiduría que Dios había puesto en su corazón. La reina de Saba, con su séquito, vino a traer sus regalos al rey de Israel. Y no quedaron defraudados. La reina regresó a su tierra, declarando que la mitad no había sido contada, y que grande era la bendición de aquellos siervos que esperaban continuamente en su presencia. Pasaron casi diez siglos, y otra compañía de extranjeros de una tierra lejana vino a la tierra de Israel a buscar al Rey, y a poner sus regalos a sus pies. Y también ellos...