Así que usted comprenderá
«No, no he salido, señor Presidente, ya ve que estoy aquí. Le agradezco una vez más el permiso especial, de veras excepcional... él también se emocionó a más no poder, nunca hubiera creído que obtendría, cuando la solicitó, la autorización para entrar en la Casa, para venir a por mí», se excusa la mujer amada, y cuenta entonces la razón que le ha llevado a desaprovechar ese inaudito permiso único que a nadie se había concedido antes, y que a su desconsolado amante tanto le había costado obtener: la oportunidad de volver al reino de los vivos. El italiano Claudio Magris...