1925
Este libro parte de la base de que es preciso reemplazar la constitución de 1980 por su origen radical y su arrasamiento de los textos anteriores, algo que es evidente y de amplio consenso, instalando una discusión relacionada a la memoria política y a la hipótesis de la existencia de una cultura chilena de transformaciones graduales. Desde ahí la Constitución de 1925 emergería como un acervo social que emblematiza la tradición institucional rota en 1973 y que, como todo patrimonio, está sujeto a relecturas y re-interpretaciones, pero dentro de una trama que la comunidad va bordando...