Ironías es el título del cuento que cierra este libro, pero al mismo tiempo define, desde la portada, a todos los relatos del volumen. La actitud irónica supone el tomar cada conocimiento como un ejemplo. Y el ejemplo, decía Aristóteles, es en retórica lo que la inducción es en lógica: lo importante del ejemplo no es tanto lo que dice como lo que muestra, cosa que se olvida con demasiada frecuencia. La voluntad ejemplar queda, por tanto, sujeta a la fábula, que revitaliza momentos históricos, ajustando los más recientes al territorio mítico del cuento ("De heridas y de hogueras",...